domingo, 11 de octubre de 2009

Fade in. Voy a la pileta pero me dicen que la clase del día va a ser en otro lugar y que tengo que cruzar la calle para tomar un colectivo que me lleve a la Fundación Cartier. La clase es a las 18h. Llego a un edificio y entro en un cuartito que, entiendo, funciona como cambiador. Me empiezo a sacar la ropa y alguien abre la puerta. Son dos mujeres: una lleva puesto un guardapolvo blanco y la otra esta embarazada. La de guardapolvo le dice a la otra que se desvista para poderla revisar. Yo estoy semi-desnuda y no sé de qué manera taparme. Las miro pero ninguna de las dos parece registrar mi presencia. Le hablo a la de guardapolvo (¿la doctora de la embarazada?) y le digo que yo entré a ese lugar para poder cambiarme. La doctora me dice que puedo quedarme ahí sin ningún tipo de problemas. Me siento incómoda; todavía a medio vestir (o desvestir) agarro mis cosas y me voy. Camino por un pasillo. Tengo ganas de hacer pis. Abro algunas de las puertas que están en el corredor pero en ninguna encuentro un baño. Finalmente, al abrir una de las puertas encuentro la piscina. Es un lugar enorme, con mucha gente nadando y mucha gente sentada en las tribunas. Parece un campeonato olímpico. Busco con la mirada y veo, a lo lejos, a la profesora de Acqua-Gym sentada en una de las gradas. Sé qué llegué tarde. Camino en dirección a María Laura que, al verme, señala hacia arriba. Levanto la cabeza y veo un reloj redondo y blanco, con agujas y números negros; son las 18:25h. Fade out.
Fade in. Estoy en la cocina de una casa con un nene (¿Mateo? ¿Julien? ¿Guillermo cuando era chiquito?). El nene me pregunta si puede preparar el almuerzo con su set de vasos de los Simpsons. Como no le contesto, se para arriba de un banquito, estira los brazos y agarra un bol y un platito. Baja del banco y se sienta en una silla. Sobre la mesa hay tres porciones de torta arriba de una servilleta. El nene agarra los pedazos de torta, los desmigaja con las manos y los mete a presión adentro de un vaso. Me parece una asquerosidad lo que está haciendo pero, cuando el nene me mira (¿buscando mi aprobación?) le sonrío. Fade out.

sábado, 10 de octubre de 2009

Otra vez imágenes sueltas. Ale B. Un programa de radio. Alguien que habla acerca del costo de producir un programa de radio. Un free-shop adentro de un aeropuerto. Un negocio repleto de juguetes y, adentro, una tortuga de chocolate envuelta en papel transparente. Una pileta de natación con calendarios de plástico flotando en el agua. Gente sentada alrededor de un árbol.

viernes, 9 de octubre de 2009

Fade in. Cruzo una calle por la mitad de la cuadra y veo a Sonia B detrás de una ventanilla; parece una vendedora de entradas de cine. Camino hacia mi izquierda para acercarme a la ventanilla pero veo que, del lado contrario se acercan S y un amigo (que yo no conozco). Cuando S me ve se detiene, duda y, finalmente, viene hacia mí. Me saluda y le dice que estuvo pensando mucho, y que cree que conoce un lugar para que Ana Rosa (en la vida real, una compañera del colegio primario a la que no veo desde que tenemos diez años) pueda hacer su residencia en pediatría. Me presenta al amigo (me dice el nombre pero no recuerdo cuál es. Tampoco recuerdo si hablamos en español o en francés) pero el amigo no parece tener ganas de hablar conmigo. Fade out.
Solamente recuerdo un episodio más pero sin ningún tipo de detalle definido. Adrien Nortier (un francés miembro del grupo de teatro de Inglaterra), un aeropuerto, un examen, un beso, un grupo de música y nada mas. Recuerdos de imágenes sin ningún tipo de conexión entre ellas.

jueves, 8 de octubre de 2009

Fade in. Sé que estoy en el departamento de S (en la vida real, ese no es su verdadero hogar). Nos sentamos alrededor de la mesa y nos preparamos para almorzar. S se sienta enfrente mío y, su esposa, a mi derecha. Aparece mi madre (Mum! Get out of here!!!) y se acomoda a mi izquierda. Aparece la madre de él y se queda de pie en la entrada del salón con una cacerola y una cuchara en la mano. La madre me hace un comentario en inglés (no recuerdo cuál pero recuerdo que era en inglés) al que yo respondo con un “Thank you”. Al escucharme, S mira a la madre y acota: “T’as vu? Elle parle l’Anglais avec l’accent d’Angleterre!”. Yo lo miro y sonrío. La madre de S fija sus ojos en mí y permanece inmóvil en el marco de la puerta. Tengo la sensación de que no le caigo bien. La esposa de S me mira de reojo (sigue siempre sentada a mi derecha). Fade out.
Fade in. Estamos por entrar a un barco enorme que está ancado en un puerto. Para llegar hasta arriba nos suben a una caja de madera atada a una grúa con ganchos de metal. Hay que esperar y formarse en una fila; a algunas personas los operan del corazón antes de subir. Les dicen que es para que no tengan miedo. Cuando llega mi turno, los de seguridad me preguntan qué es lo que tengo adentro de la cartera ; les contesto que es una heladera cargada con chocolates (¿?). En ese momento aparece Matt Le Blanc vomitando sangre por una boca artificial que tiene en la palma de una de sus manos. Fade out.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Como no agarré el lápiz y el papel inmediatamente después de haber abierto los ojos, cuando quise ponerme a escribir ya no recordaba casi nada. Sé que alguno de los episodios transcurría en un lugar cerrado en donde yo conversaba con la madre de Chopi a quien, en la vida real, nunca tuve el gusto de conocer. La madre me decía que sus dos hijos tenían nombre de origen alemán, y me explicaba: “Leticia y Germán….Germán, en inglés, quiere decir alemán… ¿no lo sabías?”. Recuerdo haberme quedado pensando en su acotación. Recuerdo también que, alguno de los otros sueños, tenía lugar en una pileta de natación. Imposible precisar cualquier otro tipo de detalles.

martes, 6 de octubre de 2009

Fade in. Estoy en un cuarto sentada arriba de una cama de dos plazas. Agarro un rectángulo de cartulina y lo miro. Es la foto de segundo grado. Puedo diferenciar a mi maestra, la señorita Patricia Thiem, y a algunos de mis compañeros. Entra mi hermano y me dice que está muy contento de que podamos llevarnos tan bien. Lo miro y no le digo nada; me pregunto interiormente si habla en serio o si está siendo irónico pero, como no estoy segura acerca de lo que se trae entre manos, sigo callada.
Se escucha el sonido de un teléfono que suena; escucho la voz de mi madre, salgo del cuarto y me acerco a donde está ella. Escucho tanto lo que ella dice como lo que dice la persona que con ella conversa. Es alguien de un servicio de Emergencias, le dicen que uno de los nenes del colegio, "el que tiene TGV" tuvo un accidente durante la excursión al Museo Natural (no le dicen “de Ciencias Naturales” sino al Museo “Natural”). Entiendo que es algo grave. Todo lo que atino a hacer es agarrar una silla y colocarla cerca de donde se encuentra mi madre, para que pueda apoyarse si se desmaya, pienso. Fade out.
Fade in. Voy caminando por una calle semi-oscura y entro a un local ubicado en una esquina. Veo a mis antiguos compañeros de trabajo de la oficina de París y al sr. Leparc, mi antiguo jefe de la oficina de Buenos Aires. Suena un timbre y todos saben que es la hora del almuerzo. Marine me dice que, si quiero, puedo agarrar algunas galletas de su bolsa (adentro de la bolsa hay, además de galletas, cucarachas); la miro y le sonrío pero no agarro nada. Marine se va. Mis ex colegas siguen entrando y saliendo con cosas para comer pero ninguno parece percatarse de mi presencia. Abro la puerta y salgo. En lugar de encontrarme en la calle estoy en el cuarto del principio. Vuelvo a agarrar la foto de grado y la miro. Escucho a mis padres que, desde la cocina, conversan sobre mi hermano y sobre mí, sobre la casa y sobre la novia de mi hermano; escucho algo acerca del mes de julio como fecha límite para la casa. Me enoja escucharlos hablar. En un momento dado compruebo que la foto tiene una especie de ruedita de plástico en la parte de atrás. Al girar la ruedita, la foto cobra movimiento y se pueden ver los minutos que anticiparon la toma de la fotografía. Los chicos corren por el patio y la maestra grita y trata de acomodarlos. De a poco se forman las filas; yo estoy atrás de todo pero no formo parte de ninguna hilera, me mantengo cerca del grupo pero no formo parte de él. Por detrás, aparece mi madre y, por detrás de mi madre, mi primo (mi madre es joven, yo tengo alrededor de 6 o 7 años y, mi primo, alrededor de dos o tres). Mi madre saca un cepillo de su cartera y empieza a peinarme. Ningún otro chico vino con la madre. Se escucha la voz del fotógrafo anticipando el click. Mi madre agarra a mi primo de un brazo y, los dos , se esconden detrás mío para no salir retratados. Vuelvo a aparecer en el cuarto del principio, sentada sobre la cama de dos plazas. Vuelvo a mirar la foto, que esta vez está detenida, y veo a tres o cuatro hileras de niños, a mi maestra de segundo grado parada al extremo derecho del grupo y a mí misma, de pie, en una línea única ubicada a la misma altura que la maestra, pero del lado izquierdo del grupo. Por detrás, se ve una sombra negra que, ahora sé, forma parte de la cabellera de mi madre y del brazo de mi primo. Sensación de molestia. Fade out.

lunes, 5 de octubre de 2009

Colchonetas. Un club. Una cancha de algo y un equipo de música. La profesora de geografía de cuarto año da clases de comedia musical adentro de la cancha. Pone un cassette (¿Un cassette? ¡Qué antigüedad!) adentro del equipo y se escucha uno de los temas del musical Cats. La profesora va haciendo pasar de a poco a los chicos que quieren presentar una coreografía. Yo sigo esperando en una esquina del aula (¿no era una cancha? ¿Por qué de pronto se transformó en aula?) pero nunca me elige. Estoy impaciente porque justo es un tema que conozco bien. Suena el timbre, los chicos se dispersan y ella empieza a caminar. La sigo y le digo que a mi también me gustaría pasar la coreografía; me contesta que, como yo siempre llego tarde (¿?), eso no va a ser posible. Aunque en el sueño tengo forma de adulto (tengo mi cuerpo actual), todos los chicos del curso son niños. La profesora sigue caminando y un grupo de chicos aparece corriendo en sentido contrario al nuestro. En el revuelo, al cruzarnos, uno de ellos -que se parece mucho a José Palmitano cuando era chico (¿?), me agarra de la mano y me lleva lejos.

domingo, 4 de octubre de 2009

Antes de despertarme, soné que me despertaba, estiraba el brazo y agarraba la libreta y el lápiz que tengo siempre sobre la mesa de luz. Estaba contenta porque podía recordar varios sueños de la misma noche y escribía todo con muchos detalles. Cuando me desperté verdaderamente, no pude recordar ningún otro sueño que no fuera ese en el que escribía mis sueños. Solamente imágenes y sensaciones. Todo suelto. Totalmente incapaz de recordar conexiones entre cada imagen. Alguien que iba en prisión. Una maestra. Alguien que salvaba a alguien. Una caminata con alguien (¿con quién?) por las calles de Roma y una charla de bar con Violeta, acerca de Analía (¿? En la vida real, Analía es la mama de Violeta, que acaba de cumplir cuatro años).
Fade in. Estoy en la esquina de un lugar en donde hay tres puertas. La gente se me acerca y me pide consejo para elegir “una de las obras de teatro”. Elijo una puerta y entro; hay un bar; una mesa y cuatro sillas; todo es blanco, gris y negro; aunque el lugar está vacío tengo la impresión de estar ahogándome; salgo. Entro en la puerta de al lado y encuentro una especie de sesión espiritista; la gente murmura cosas y hace gestos raros con los brazos y manos; empiezo a hacer gestos también, copiando a los que participan de la ceremonia; como no me sale ningún ruido de la boca dejo de moverme, vuelvo a mirar a los otros (que parecen no registrarme) y me voy. Cuando estoy por entrar en la última puerta, un colectivo estaciona justo al lado del lugar en donde estoy parada. El chofer me mira y espera; como no tengo nada mejor que hacer subo y el colectivo arranca. Por la ventana veo a Mario Contreras caminando por un lugar que se parece mucho a una estación de servicio. Lo miro pero no me ve; parece contento; tiene puesta una campera tipo militar de color negro con muchas chapitas en una de las solapas. Sé que es viernes porque, pienso, es el único día en que puedo verlo pasar por la estación (¿? En la vida real, Mario vive en México y hace aproximadamente diez años que no lo veo). Fade out.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy en el cuarto del departamento de Almagro con Stéph. Mi hermano abre la puerta sin avisar y me dice que Lorena Arce lo acababa de contactar para saber cuándo podía venir y que él había contestado que podía pasar en cualquier momento. Me molesta saber que tengo que apurarme; no entiendo por qué no me dejó contestar a mí y se lo digo; me mira, lo mira a Stéphane y se ríe con sorna. Doy un portazo y cierro la puerta con llave. Me doy vuelta y veo que Stéph, que ahora está sentado en la cama, estira el brazo y me alcanza una caja de zapatos; me dice que se cortó el sexo y que lo guardó adentro de la caja para que podamos terminar más rápido (???!!!). Miro adentro de la caja y veo algo parecido a un dedo con estrías de color rosa flotando en una pasta espesa y amarillenta. Me da asco pero no quiero demostrárselo. En ese momento golpean la puerta (me salvó la campana!!) y, como sé que es Lorena, la abro y salgo. Aparezco en una pista de patín al aire libre en donde hay un desfile y una entrega de premios. Por el altoparlante informan que el grupo del que estoy a cargo clasificó tercero. Elba Camillli aparece en el fondo del salón (¿y la pista al aire libre?); se acerca, me abraza y me dice que está muy emocionada. Nos vamos todos caminando por una calle de adoquines. Como (de repente)tengo los patines puestos (¿por qué???!), me resulta bastante dificultoso avanzar. Fade out.

martes, 29 de septiembre de 2009

Más imágenes. Todas mezcladas. Dificultosa reconstrucción de la trama.
Vanesa. El día de mi cumpleaños. El día de su cumpleaños (que en la vida real, acabo de confirmar, es hoy).
Pupilas en un colegio de monjas (¿por las fotos que encontré?).
Una pista de patín al aire libre. El tío Jerónimo alquila un departamento en París; lo llamo para preguntarle si no quiere alquilármelo, y a qué precio me lo dejaría.
Adentro de un cuarto grande con una cama de dos plazas ubicada en el medio estamos mi madre, mi hermano, yo y una nena contando la historia del príncipe valiente; desde un costado, alguien corrige los errores de la nena. Mezcla total. Fade out.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Recuerdos de imágenes. Me sigue un caballo (no me persigue sino que me sigue). Me detengo y lo miro. Se acuesta y me mira back. Tiene los ojos buenos y es muy expresivo. Cuando quiero seguir caminando me doy cuenta que estoy en el borde de un precipicio.
Estoy con Aurélie. Suena un teléfono. Es Rose.
Hago compras en el supermercado. Recorro las góndolas. No sé lo que busco pero tengo una lista en la mano. Camino.
Compro ropa. Lo veo a Mark escondido en un probador. Abro el prbador de al lado pero al cerrar la cortina el lugar se transforma en un baño; el inodoro está sucio.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Fade in. Bajo una escalera y entro a un cuarto. Aurélie duerme en una cama de dos plazas. Ronca. Me siento en un sillón que hay al costado de la cama y espero. Suena un timbre; se escucha el ruido de gente que empieza a bajar las escaleras. Son mis ex compañeros de trabajo. Los veo pasar por la puerta que quedó entreabierta; ellos no me ven. El timbre vuelve a sonar y sigue pasando gente; cuando veo pasar a Stéph lo llamo por su nombre; Stéph se detiene y me mira. Le digo “salut” y levanto el brazo para saludarlo. Sonríe, mueve la mano para decir chau y se va. Aurélie se despierta y me pregunta que qué es todo ese ruido. Me lo pregunta en francés. Le digo que primero fueron los chicos de las seis y que después, más tarde, fueron los ‘cadres’, que salen a las siete. Se ríe y, mientras se estira, me dice que cuando ella trabajaba en la empresa, lo que más le gustaba era trabajar con los que terminaban a las seis. Le contesto que eso era bueno sobre todo para alguien como ella, que era la única que no ganaba seiscientos euros por mes. Fade out.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy en la cocina buscando barras de chocolate para hacer submarinos. Entra mi hermano y me pregunta qué estoy buscando. Cuando le digo que quiero hacer submarinos pero que no encuentro lo que necesito me dice que busque en la alacena, que adentro de la bolsa blanca hay tres ‘pains au chocolat’. Como lo que me propone me parece completamente incoherente, cierro la puerta de la alacena y lo miro. Primero se queda callado y, después, me dice que lo único que tengo que hacer es desmigajar las facturas y arrancar los pedazos de chocolate para poder fundirlos en la leche. Como lo que me propone me parece ridículo, sigo mirándolo sin hacer nada. Fade out.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy adentro de una casa que no conozco con gente que no conozco. De repente, aparece la familia para la que trabajaba en Inglaterra (¿A causa de la proposición de trabajo ‘au pair ‘que me hicieron para ir a trabajar a New Jersey?). Me dicen que esta noche ellos van a salir y que no solamente voy a tener que ocuparme de los nenes de ellos (que tienen un año, y tres) sino que también van a venir dos amiguitos del nene que tienen dos años cada uno. Yo no estoy muy de acuerdo y en realidad (aunque nunca acepté el trabajo), me gustaría preguntarles cuanto me van a pagar pero no encuentro la manera de hacerlo (¿por lo que me pasó en la entrevista en el Hotel Sofitel?). Sigue llegando gente a la casa y ellos siguen preparándose para salir. Como me da bronca no saber de qué manera hacerme escuchar pateo un portafolio negro que está tirado en el piso; el portafolio vuela con fuerza (como si un jugador de fútbol acabara de patear un penal) y sale despedido para afuera por una de las ventanas. Veo como el portafolio entra por la ventana de la casa del vecino de enfrente. Miro para todos lados para ver si alguien había visto lo que acababa de pasar pero nadie parece perturbado por el hecho. Se me acerca la madre de los nenes (vestida, con el saco de piel puesto y la cartera en la mano) y me dice que ellos se van a quedar a dormir en lo de unos amigos y que recién nos vamos a volver a la mañana del día siguiente. Como todavía no sé nada con respecto al sueldo decido finalmente preguntarle pero, en el momento en que voy a empezar a hablar ya no queda nadie. Escucho gritos de chicos en uno de los cuartos. Me acerco a mirar y veo alrededor de veinte nenitos jugando y gritando arriba de una cama de dos plazas. Fade out.

martes, 22 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy encerrada en un patio interior chiquito con baldosas blancas y negras. Tengo un secador en la mano y estoy terminando de lavar el piso. El lugar brilla. En un momento determinado, del borde de las baldosas empieza a salir agua con barro. Fade out.
Fade in. Me miro en el espejo y compruebo que me falta buena parte del cabello en la mitad derecha de la cabeza. No entiendo. Fade out.
Fade in. En Camargue, Rose, Aurélie y yo. Alguien toca a la puerta. Rose sale corriendo y grita: “C’est le marié!”. Aurélie la mira y le dice: “Mais non, ce n’est pas du tout le marié…”. Yo la miro a Aurélie y le pregunto: “Mais c’est qui alors?”. Como Aurélie no me contesta, agarro un tallón de color bordó, salgo corriendo y me encierro en el baño. Desde ahí los escucho entrar. Son dos hombres. Escucho la voz de Rose diciendo: “T’as vu maman, je t’avais dit que c’était le marié…”. No sé por qué razón me preocupa tanto la presencia de esos hombres pero no quiero salir del encierro y, como tampoco quiero que sepan que estoy ahí, trato de no hacer ningún tipo de ruido. Tensión. Fade out.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Fade in. Voy caminando por el pasillo interior de un tren. Encuentro un lugar libre, me siento y agarro una revista. Hay un artículo sobre Mario. Lo leo; en una declaración le preguntan por su pareja, que es menor de edad; él responde que no es su pareja sino su hija (¿?). En ese momento aparece el padre de Mario (que, en la vida real, falleció hace por lo menos cuatro años); me acerco a él, lo abrazo y le pido que me ayude (¿a qué?). Cesar me mira y me dice que me quede tranquila, que él sabe a dónde está la calle que yo quiero encontrar. Fade out.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Fade in. Hay una cena o un almuerzo con mucha gente del grupo de teatro. Hay dos mesas rectangulares largas separadas por una hilera de banquetas. El lugar está mal iluminado. Las mesas tienen manteles de papel blanco. Reconozco a la gente del elenco del teatro de Windlesham. Ale se me acerca y me pregunta si quiero agua. La miro y, en lugar de contestarle me paro, salto la hilera de bancos y voy a la otra mesa. Algunas de las personas están firmando autógrafos, otras fumando y otras se están besando. Yo quedo parada en medio de la gente (que sigue sentada y parece no verme) y no sé muy bien qué hacer. Fade out.

martes, 15 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy encerrada adentro de una casa con jardín. Por la ventana solamente se ve un montón de pasto y otra casa, pero parece abandonada. Sé que una pareja con una hija de aproximadamente 9 o 10 años me tiene prisionera (because of the Jaycee Lee Dugard’s article I read a couple of days ago?). El hombre sale y me deja encerrada adentro de un cuarto. Cuando escucho que el auto arranca, me asomo por la ventana y veo a una señora entrando a la casa de al lado. Le grito en inglés. (Why? ¿Porque me dormí con los auriculares puestos mientras escuchaba The Other Boleyn Girl, en versión original?).
A la vecina que, al principio me mira sin responder:
-Hello…Hi, Hello!! I’m trapped here…I’m a prisoner…I’ve been kidnapped…by your neighbour..??
La vecina, al principio, sigue mirando sin decir nada y finalmente contesta:
-I know.
-What??! What do you mean you know?! Why didn’t you call the police then?
-Well…Because, you know…I don’t really want to be in trouble…
La vecina sigue caminando y entra a la casa de al lado. Sigo gritando desde la ventana:
-What???! No…please, you have to help me!!!!
En ese momento aparece Stéph. caminando por el jardín. Lo veo y empiezo a gritarle:
-Stéph! Here! I’m here! I’ve been kidnapped. Please, would you help me…??
Stéph me mira y me dice, en francés (why???!!) y con cara de quien no quiere ser molestado:
-Ah non, non...Je ne veux pas avoir de problèmes, moi…
Por alguna razón, no me sorprende en absoluto que Stéph no quiera involucrarse y ayudarme pero es mi único recurso para salir del lugar así que sigo insistiendo:
-Please, please, please…Don’ go away...Help me out here!
Stéph mira con cara de resignación y, finalmente, entra al lugar en donde estoy; sube la escalera y aparece en el cuarto. Mete la mano en uno de sus bolsillos, saca un teléfono celular y me lo da. En ese momento escucho el ruido del auto de la pareja que me tiene prisionera. El auto estaciona y el hombre, que iba manejando sale del auto y, desde el jardín, me grita:
-Everything all right, sweetheart???!
Desesperada, tapo a S. con una frazada y le digo “don’t move” (ahora, despierta, no entiendo por qué le sigo hablando en inglés cuando él me contesta en francés; durante el sueño, el tema de la mezcla incoherente de idiomas no me sorprendía en lo más mínimo).
El tipo repite: “Sweetheart, everything all right??!” Me asomo por la ventana y le contesto: “I’m…I'm fine…”
El hombre vuelve a subir al auto, arranca y se vuelve a ir.
(Me olvido de S que queda, supuestamente, debajo de la frazada). Bajo las escaleras corriendo, abro a la puerta, salgo y entro en la casa de al lado; la mujer que se había negado a ayudarme está en la cocina cortando verduras como para hacer una ensalada. Sé que el tipo puede volver en cualquier momento y que la única manera de salir de ahí es con su ayuda. Le digo:
-So…Did you call the police..??
Tranquila, deja de cocinar, levanta la vista, me mira y me contesta:
-Nope…not yet. Here, take my telephone. You have to dial number 91…
La miro sorprendida y agarro el teléfono:
-Go ahead…91…Number 91…
Fade out.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Fade in. Es de noche. Paso caminando por al lado de una pista al aire libre y hay muchas nenas patinando. Cuando las nenas me ven, levantan los brazos y me saludan. Se acercan dos personas que no conozco y les hablan al oído a cada una de las patinadoras. Las chicas me miran y se empiezan a ir. Fade out.

Fade in. Llamo por teléfono. Hablo con una operadora y le digo que quiero cambiar la fecha del viaje. Tengo el boleto en la mano. Corto. Mi prima se me acerca y me pregunta que para cuando cambié. La miro y le digo que para ayer. Mi prima me mira sorprendida y me pregunta por qué quise perder el boleto. No sé que contestarle. Pienso y me doy cuenta de que acabo de hacer algo que nunca quise hacer y ni siquiera sé por qué. Fade out.
Fade in. Estoy con Cecilia adentro de un tren. Cada vez que el tren para en una estación, nos asomamos por la ventana para ver si es la correcta para bajarnos e ir al cine. Ninguna parece ser la que estamos buscando y, por ende, seguimos en viaje. En un momento dado aparece Momo caminando por el pasillo del tren. Se detiene al lado nuestro, se mete la mano en el bolsillo y saca muchos papelitos sucios y abollados (parecen tickets de supermercado). Momo estira la mano y nos ofrece los tickets diciendo que son entradas gratis para ir al cine. Sé que no son entradas pero, como quiero que se vaya pronto, le agradezco y las agarro igual. Fade out.
Fade in. Estoy con Cecilia adentro de un tren. Cada vez que el tren para en una estación, nos asomamos por la ventana para ver si es la correcta para bajarnos e ir al cine. Ninguna parece ser la que estamos buscando y, por ende, seguimos en viaje. En un momento dado aparece Momo caminando por el pasillo del tren. Se detiene al lado nuestro, se mete la mano en el bolsillo y saca muchos papelitos sucios y abollados (parecen tickets de supermercado). Momo estira la mano y nos ofrece los tickets diciendo que son entradas gratis para ir al cine. Sé que no son entradas pero, como quiero que se vaya pronto, le agradezco y las agarro igual. Fade out.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Fade in. Entro en una heladería. Sobre una de las paredes hay placas de metal de color azul con letras blancas; son carteles con los nombres de todos los gustos que proponen. Los nombres de los gustos son palabras que no tienen ningún tipo de sentido. Pregunto por uno de los sabores y, el heladero que está cerca de la caja, busca una cuchara de madera con un mango larguísimo, la hunde adentro de una cacerola, la saca y extiende el brazo por arriba del mostrador para darme a probar desde el lugar en donde él está. No me agrada. Pregunto por otro gusto y, cuando la vendedora se acerca con otra cuchara igual y se ofrece para darme a probar, le digo que no y elijo dos gustos al azar. Me lo sirven, agarro el vasito y me voy caminando rápido. Estoy incómoda. Lo pruebo y me disgusta. Doblo en una esquina y encuentro un auto estacionado. Como no hay nadie, dejo el vasito lleno de helado abajo del auto. Sigo caminando. El auto en cuestión (que estaba vacío) arranca. Sigo caminando rápido. El auto avanza despacio y se acerca a mí. Llego hasta la esquina y miro para todos lados. Las calles están totalmente vacías. Fade out.

jueves, 27 de agosto de 2009

Fade in. Estoy sentada en una cama adentro de un cuarto circular. Las camas están distribuidas como si fueran porciones de pizza y, en cada extremo (en la parte en donde estaría la parte crujiente de la masa) se encuentran las puertas de acceso a la habitación. Alguien suena a la puerta de la cama/ porción en donde estoy yo. Me acerco, espío por la mirilla y veo a un hombre que no conozco. Pregunto quién es y, el tipo -que por alguna razón reconoce mi voz, sale corriendo y desaparece. Sigo espiando por la mirilla. Escucho ruido de llaves en la puerta que está al lado de la mía. La puerta de abre y, el hombre que se acaba de escapar, entra y revolea una cartera arriba de su cama. Levanta la cabeza y me mira. Parece sorprendido de verme adentro de la puerta en la que él creía que yo no iba a estar, e incómodo de tener que encontrarse conmigo. A mí lo que me perturba es estar con alguien a quien le incomode estar conmigo y, sobre todo, el hecho de no poder identificarlo. Fade out.

martes, 25 de agosto de 2009

Fade in. Cruzo una avenida ancha y vacía. Llevo una correa de perro en la mano. Cuando llego a la vereda de enfrente encuentro al animal; lo agarro, lo ato a la correa y le engancho una cámara en el cuello. Me acerco a la alcantarilla y trato de introducir al can adentro de ese agujero para poder filmar el interior del desagüe. Fade out.

lunes, 24 de agosto de 2009

Fade in. Estoy en el hall de entrada del Teatro San Martín, en Buenos Aires. Hay mucha gente esperando para entrar a ver una exposición. La mayoría de las personas tienen libros entre las manos. En un momento dado se me acerca una persona de pelo blanco, me mira y empieza a hablarme en francés: “Excuse-moi. Je ne sais pas si cela peut vous intéresser mais je voulais tout simplement vous faire savoir que Maradona est mort". Lo miro a los ojos y no le digo nada. El hombre me sigue mirando y, como si yo le hubiera pedido algún tipo de complemento de información, acota: “La nuit dernière...Crise cardiaque”. Puis, il dit: “Et le match de demain -contre la France- n’a pas été annulé”. En el fondo de la sala hay un televisor. Cooro hasta ese lugar, busco el control remoto y trato de encender el aparato para confirmar la noticia que acaban de darme pero, por más que lo intente, el televisor no parece funcionar. Fade Out.

domingo, 23 de agosto de 2009

My Mum, my cousin and his mother. Awful dream. I don’t really feel like writing about it.

viernes, 21 de agosto de 2009

Fade in. Mi madre, mi hermano y yo sentados alrededor de una mesa, almorzando. Se escucha un portazo y tres policías aparecen en la cocina. Uno nos dice que vienen a investigarnos por la desaparición de la jubilada del fondo. Mi hermano les contesta que la señora es una activista política y que nosotros la conocemos muy bien. Como sé que nosotros no conocemos en absoluto a la persona desaparecida lo miro a mi hermano tratando de entender por qué dijo lo que dijo pero no le pregunto nada. Los policías nos miran con aire sospechoso y empiezan a revisar la casa. Fade Out.

jueves, 20 de agosto de 2009

Fade in. Estoy en la casa de María. Camino por un pasillo largo y, al finalizarlo, abro una puerta blanca y entro al baño. Abro la canilla para lavarme las manos pero, en lugar de salir agua, salen gritos de pájaros. Cierro la canilla y me doy vuelta. Gloria esta parada en la puerta del baño y tiene un montón de sobres rotos en la mano; me los entrega y me dice que son para que pueda terminar de mandar mis postales. Fade out.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Fade in. Camino por un pasillo largo. Llego a una puerta, la abro y entro a una habitación en donde, una parte de mi familia patagónica (a la que veo de manera más que esporádica) está sentada alrededor de una mesa compartiendo una cena. Al verme llegar, mi prima Laura se levanta y se acerca a mí. Me mira y me pregunta: “¿Y? ¿Ya nos compraste el lavarropas?”. Pienso: ‘¿El lavarropas? ¿Yo tenía que comprarles un lavarropas? ¿Por qué razón tendría que comprarles un lavarropas?' Y, paralelamente, 'hola, tanto tiempo, ¿no? ¿Ustedes bien? ¿La familia, el perro, los gatos?'. La miro. La cara y el cuerpo de mi prima quedaron inmovilizados en una actitud de espera desde el momento en que me formuló la pregunta. Miro hacia la mesa y las otras cuatro personas también quedaron congeladas. Si bien están inmóviles, el sonido de sus acciones se sigue escuchando (se escucha el ruido de los cubiertos y platos de personas al almorzar o cenar). Vuelvo a mirar a Laura, que sigue estática y en actitud de espera, y pienso en qué es lo próximo que puede llegar a pasar si me quedo en el lugar. Fade out.

domingo, 16 de agosto de 2009

Fade in. Voy caminando por la calle con un grupo de personas. No logro reconocer a ninguna pero, al doblar una esquina, la única persona que queda cerca es Ale. Llegamos hasta un lugar en donde hay una escalera y empezamos a subirla. Ella delante de mí. Le pregunto cómo está el primo y me mira con una cara que traduzco como de ‘¿Y a vos qué cuernos te importa?’ o ‘Y vos como cuernos sabés que mi primo está enfermo?'. Aunque se hace una pausa de silencio, y ella no me pregunta nada, le digo ‘me contó tu mamá’. Ale termina de subir la escalera, abre una puerta y desaparece. La puerta queda abierta. Yo miro hacia el interior del lugar mientras termino de subir pero me tropiezo con una maceta y me caigo. Aparentemente, la escalera por la que habíamos ido subiendo se había ido deshaciendo a nuestro andar y, por esta razón, quedo colgada de uno de los escalones. Me aferro con los dos brazos y el resto del cuerpo queda balanceándose en el aire. Grito el nombre de Ale y ella saca medio cuerpo por la puerta y me mira. Le pregunto si me puede ayudar. Me vuelve a mirar y, sin decir nada, vuelve a desaparecer. Cada vez tengo menos fuerzas. Evalúo la posibilidad de tratar de trepar la escalera pero, finalmente, decido dejarme caer. Miro mis manos arañando el cemento del escalón y me suelto. Fade Out.

viernes, 14 de agosto de 2009

Fade in. Estoy de espaldas en un cuarto vacío y luminoso. El cuarto, en lugar de tener paredes, tiene ventanas; el techo es blanco. Mi hermano entra al cuarto y me dice: “Tus gatos no tienen naciones”. Yo permanezco en la misma posición en la que estaba antes de que él entrara (de espaldas a la puerta, mirando por una de las paredes-ventana) y, en lugar de detenerme en la absurdidad de la frase (cosa que hice al despertarme) reflexiono acerca de las razones por las cuales mis gatos son incapaces de poseer naciones. Fade out.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Fade in. Interior de un Bingo. Las mesas son rectangulares y tienen manteles de papel blanco. Hay mucha gente. Al lado de cada cartón hay un bol de cerámica en donde tendrían que ir las fichas pero, en lugar de fichas, lo que las personas sacan a medida que se cantan los números, son abejas. Aunque las abejas están vivas , en lugar de escaparse y volar, se quedan inmóviles (algunas adentro de los boles y otras sobre los cartones). Yo no juego. Camino por el espacio que queda libre entre las mesas de los que están jugando y miro lo que pasa. Nadie me habla. Fade out.

lunes, 10 de agosto de 2009

Fade in. Je suis toute seule dans une chambre très lumineuse. Les murs et le toit de la pièce sont blancs et il n’y a aucune fenêtre. La chambre dans laquelle je rentre est vide mais, tout d’un coup, je vois une machine à laver dans un coin et une baignoire dans le centre de la pièce. Je m’approche de la machine à laver et, même si elle est vide, je la mets en route. A partir de ce moment, je ne suis plus une seule personne mais deux. Il y en a une qui regarde l’autre. Celle qui regarde reste dans un coin. Celle qui est regardée, se fait aspirer par une sorte de tourbillon qui sort de la partie supérieure de la machine à laver. Le tourbillon se dirige vers le centre de la chambre et, à son tour, se fait aspirer par le robinet de la baignoire. La baignoire est blanche et très propre. Et vide. Fade Out.
Il n’y a aucun bruit pendant tout le rêve.

domingo, 9 de agosto de 2009

Fade In. Salgo del Piccard de la rue Cauchois y subo la rue Lépic, en el distrito 18 de París. En el camino paso por un almacencito muy argentino en donde –por alguna razón- sé que trabaja Pierre (¿Pierre vende jamón por kilo en un almacén argentino ubicado en la rue Lépic?). Pierre está en la puerta del almacén fumando un cigarrillo. Con él están sus dos colegas de trabajo (Pierre está parado en el medio de los dos). Los tres tienen delantales blancos y gorritas de cocineros (¿?). Los miro de lejos y, cuando llego al lugar, me detengo enfrente de los tres y lo miro a Pierre dándole a entender que necesito contarle algo importante. Uno de los dos colegas comenta: “Joder, ¿y qué problema tiene hoy esta niña?”. Pierre me mira back, se saca el delantal, lo revolea atrás de una heladera y sale a buscarme. Camina con suficiencia y seguridad. Nos alejamos mientras empiezo a hablarle acerca de algo importante (no tengo ni la menor idea acerca de qué). Fade Out.
Todos los personajes hablan en español con acento de España.