martes, 6 de octubre de 2009

Fade in. Estoy en un cuarto sentada arriba de una cama de dos plazas. Agarro un rectángulo de cartulina y lo miro. Es la foto de segundo grado. Puedo diferenciar a mi maestra, la señorita Patricia Thiem, y a algunos de mis compañeros. Entra mi hermano y me dice que está muy contento de que podamos llevarnos tan bien. Lo miro y no le digo nada; me pregunto interiormente si habla en serio o si está siendo irónico pero, como no estoy segura acerca de lo que se trae entre manos, sigo callada.
Se escucha el sonido de un teléfono que suena; escucho la voz de mi madre, salgo del cuarto y me acerco a donde está ella. Escucho tanto lo que ella dice como lo que dice la persona que con ella conversa. Es alguien de un servicio de Emergencias, le dicen que uno de los nenes del colegio, "el que tiene TGV" tuvo un accidente durante la excursión al Museo Natural (no le dicen “de Ciencias Naturales” sino al Museo “Natural”). Entiendo que es algo grave. Todo lo que atino a hacer es agarrar una silla y colocarla cerca de donde se encuentra mi madre, para que pueda apoyarse si se desmaya, pienso. Fade out.
Fade in. Voy caminando por una calle semi-oscura y entro a un local ubicado en una esquina. Veo a mis antiguos compañeros de trabajo de la oficina de París y al sr. Leparc, mi antiguo jefe de la oficina de Buenos Aires. Suena un timbre y todos saben que es la hora del almuerzo. Marine me dice que, si quiero, puedo agarrar algunas galletas de su bolsa (adentro de la bolsa hay, además de galletas, cucarachas); la miro y le sonrío pero no agarro nada. Marine se va. Mis ex colegas siguen entrando y saliendo con cosas para comer pero ninguno parece percatarse de mi presencia. Abro la puerta y salgo. En lugar de encontrarme en la calle estoy en el cuarto del principio. Vuelvo a agarrar la foto de grado y la miro. Escucho a mis padres que, desde la cocina, conversan sobre mi hermano y sobre mí, sobre la casa y sobre la novia de mi hermano; escucho algo acerca del mes de julio como fecha límite para la casa. Me enoja escucharlos hablar. En un momento dado compruebo que la foto tiene una especie de ruedita de plástico en la parte de atrás. Al girar la ruedita, la foto cobra movimiento y se pueden ver los minutos que anticiparon la toma de la fotografía. Los chicos corren por el patio y la maestra grita y trata de acomodarlos. De a poco se forman las filas; yo estoy atrás de todo pero no formo parte de ninguna hilera, me mantengo cerca del grupo pero no formo parte de él. Por detrás, aparece mi madre y, por detrás de mi madre, mi primo (mi madre es joven, yo tengo alrededor de 6 o 7 años y, mi primo, alrededor de dos o tres). Mi madre saca un cepillo de su cartera y empieza a peinarme. Ningún otro chico vino con la madre. Se escucha la voz del fotógrafo anticipando el click. Mi madre agarra a mi primo de un brazo y, los dos , se esconden detrás mío para no salir retratados. Vuelvo a aparecer en el cuarto del principio, sentada sobre la cama de dos plazas. Vuelvo a mirar la foto, que esta vez está detenida, y veo a tres o cuatro hileras de niños, a mi maestra de segundo grado parada al extremo derecho del grupo y a mí misma, de pie, en una línea única ubicada a la misma altura que la maestra, pero del lado izquierdo del grupo. Por detrás, se ve una sombra negra que, ahora sé, forma parte de la cabellera de mi madre y del brazo de mi primo. Sensación de molestia. Fade out.