miércoles, 30 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy en el cuarto del departamento de Almagro con Stéph. Mi hermano abre la puerta sin avisar y me dice que Lorena Arce lo acababa de contactar para saber cuándo podía venir y que él había contestado que podía pasar en cualquier momento. Me molesta saber que tengo que apurarme; no entiendo por qué no me dejó contestar a mí y se lo digo; me mira, lo mira a Stéphane y se ríe con sorna. Doy un portazo y cierro la puerta con llave. Me doy vuelta y veo que Stéph, que ahora está sentado en la cama, estira el brazo y me alcanza una caja de zapatos; me dice que se cortó el sexo y que lo guardó adentro de la caja para que podamos terminar más rápido (???!!!). Miro adentro de la caja y veo algo parecido a un dedo con estrías de color rosa flotando en una pasta espesa y amarillenta. Me da asco pero no quiero demostrárselo. En ese momento golpean la puerta (me salvó la campana!!) y, como sé que es Lorena, la abro y salgo. Aparezco en una pista de patín al aire libre en donde hay un desfile y una entrega de premios. Por el altoparlante informan que el grupo del que estoy a cargo clasificó tercero. Elba Camillli aparece en el fondo del salón (¿y la pista al aire libre?); se acerca, me abraza y me dice que está muy emocionada. Nos vamos todos caminando por una calle de adoquines. Como (de repente)tengo los patines puestos (¿por qué???!), me resulta bastante dificultoso avanzar. Fade out.

martes, 29 de septiembre de 2009

Más imágenes. Todas mezcladas. Dificultosa reconstrucción de la trama.
Vanesa. El día de mi cumpleaños. El día de su cumpleaños (que en la vida real, acabo de confirmar, es hoy).
Pupilas en un colegio de monjas (¿por las fotos que encontré?).
Una pista de patín al aire libre. El tío Jerónimo alquila un departamento en París; lo llamo para preguntarle si no quiere alquilármelo, y a qué precio me lo dejaría.
Adentro de un cuarto grande con una cama de dos plazas ubicada en el medio estamos mi madre, mi hermano, yo y una nena contando la historia del príncipe valiente; desde un costado, alguien corrige los errores de la nena. Mezcla total. Fade out.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Recuerdos de imágenes. Me sigue un caballo (no me persigue sino que me sigue). Me detengo y lo miro. Se acuesta y me mira back. Tiene los ojos buenos y es muy expresivo. Cuando quiero seguir caminando me doy cuenta que estoy en el borde de un precipicio.
Estoy con Aurélie. Suena un teléfono. Es Rose.
Hago compras en el supermercado. Recorro las góndolas. No sé lo que busco pero tengo una lista en la mano. Camino.
Compro ropa. Lo veo a Mark escondido en un probador. Abro el prbador de al lado pero al cerrar la cortina el lugar se transforma en un baño; el inodoro está sucio.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Fade in. Bajo una escalera y entro a un cuarto. Aurélie duerme en una cama de dos plazas. Ronca. Me siento en un sillón que hay al costado de la cama y espero. Suena un timbre; se escucha el ruido de gente que empieza a bajar las escaleras. Son mis ex compañeros de trabajo. Los veo pasar por la puerta que quedó entreabierta; ellos no me ven. El timbre vuelve a sonar y sigue pasando gente; cuando veo pasar a Stéph lo llamo por su nombre; Stéph se detiene y me mira. Le digo “salut” y levanto el brazo para saludarlo. Sonríe, mueve la mano para decir chau y se va. Aurélie se despierta y me pregunta que qué es todo ese ruido. Me lo pregunta en francés. Le digo que primero fueron los chicos de las seis y que después, más tarde, fueron los ‘cadres’, que salen a las siete. Se ríe y, mientras se estira, me dice que cuando ella trabajaba en la empresa, lo que más le gustaba era trabajar con los que terminaban a las seis. Le contesto que eso era bueno sobre todo para alguien como ella, que era la única que no ganaba seiscientos euros por mes. Fade out.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy en la cocina buscando barras de chocolate para hacer submarinos. Entra mi hermano y me pregunta qué estoy buscando. Cuando le digo que quiero hacer submarinos pero que no encuentro lo que necesito me dice que busque en la alacena, que adentro de la bolsa blanca hay tres ‘pains au chocolat’. Como lo que me propone me parece completamente incoherente, cierro la puerta de la alacena y lo miro. Primero se queda callado y, después, me dice que lo único que tengo que hacer es desmigajar las facturas y arrancar los pedazos de chocolate para poder fundirlos en la leche. Como lo que me propone me parece ridículo, sigo mirándolo sin hacer nada. Fade out.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy adentro de una casa que no conozco con gente que no conozco. De repente, aparece la familia para la que trabajaba en Inglaterra (¿A causa de la proposición de trabajo ‘au pair ‘que me hicieron para ir a trabajar a New Jersey?). Me dicen que esta noche ellos van a salir y que no solamente voy a tener que ocuparme de los nenes de ellos (que tienen un año, y tres) sino que también van a venir dos amiguitos del nene que tienen dos años cada uno. Yo no estoy muy de acuerdo y en realidad (aunque nunca acepté el trabajo), me gustaría preguntarles cuanto me van a pagar pero no encuentro la manera de hacerlo (¿por lo que me pasó en la entrevista en el Hotel Sofitel?). Sigue llegando gente a la casa y ellos siguen preparándose para salir. Como me da bronca no saber de qué manera hacerme escuchar pateo un portafolio negro que está tirado en el piso; el portafolio vuela con fuerza (como si un jugador de fútbol acabara de patear un penal) y sale despedido para afuera por una de las ventanas. Veo como el portafolio entra por la ventana de la casa del vecino de enfrente. Miro para todos lados para ver si alguien había visto lo que acababa de pasar pero nadie parece perturbado por el hecho. Se me acerca la madre de los nenes (vestida, con el saco de piel puesto y la cartera en la mano) y me dice que ellos se van a quedar a dormir en lo de unos amigos y que recién nos vamos a volver a la mañana del día siguiente. Como todavía no sé nada con respecto al sueldo decido finalmente preguntarle pero, en el momento en que voy a empezar a hablar ya no queda nadie. Escucho gritos de chicos en uno de los cuartos. Me acerco a mirar y veo alrededor de veinte nenitos jugando y gritando arriba de una cama de dos plazas. Fade out.

martes, 22 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy encerrada en un patio interior chiquito con baldosas blancas y negras. Tengo un secador en la mano y estoy terminando de lavar el piso. El lugar brilla. En un momento determinado, del borde de las baldosas empieza a salir agua con barro. Fade out.
Fade in. Me miro en el espejo y compruebo que me falta buena parte del cabello en la mitad derecha de la cabeza. No entiendo. Fade out.
Fade in. En Camargue, Rose, Aurélie y yo. Alguien toca a la puerta. Rose sale corriendo y grita: “C’est le marié!”. Aurélie la mira y le dice: “Mais non, ce n’est pas du tout le marié…”. Yo la miro a Aurélie y le pregunto: “Mais c’est qui alors?”. Como Aurélie no me contesta, agarro un tallón de color bordó, salgo corriendo y me encierro en el baño. Desde ahí los escucho entrar. Son dos hombres. Escucho la voz de Rose diciendo: “T’as vu maman, je t’avais dit que c’était le marié…”. No sé por qué razón me preocupa tanto la presencia de esos hombres pero no quiero salir del encierro y, como tampoco quiero que sepan que estoy ahí, trato de no hacer ningún tipo de ruido. Tensión. Fade out.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Fade in. Voy caminando por el pasillo interior de un tren. Encuentro un lugar libre, me siento y agarro una revista. Hay un artículo sobre Mario. Lo leo; en una declaración le preguntan por su pareja, que es menor de edad; él responde que no es su pareja sino su hija (¿?). En ese momento aparece el padre de Mario (que, en la vida real, falleció hace por lo menos cuatro años); me acerco a él, lo abrazo y le pido que me ayude (¿a qué?). Cesar me mira y me dice que me quede tranquila, que él sabe a dónde está la calle que yo quiero encontrar. Fade out.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Fade in. Hay una cena o un almuerzo con mucha gente del grupo de teatro. Hay dos mesas rectangulares largas separadas por una hilera de banquetas. El lugar está mal iluminado. Las mesas tienen manteles de papel blanco. Reconozco a la gente del elenco del teatro de Windlesham. Ale se me acerca y me pregunta si quiero agua. La miro y, en lugar de contestarle me paro, salto la hilera de bancos y voy a la otra mesa. Algunas de las personas están firmando autógrafos, otras fumando y otras se están besando. Yo quedo parada en medio de la gente (que sigue sentada y parece no verme) y no sé muy bien qué hacer. Fade out.

martes, 15 de septiembre de 2009

Fade in. Estoy encerrada adentro de una casa con jardín. Por la ventana solamente se ve un montón de pasto y otra casa, pero parece abandonada. Sé que una pareja con una hija de aproximadamente 9 o 10 años me tiene prisionera (because of the Jaycee Lee Dugard’s article I read a couple of days ago?). El hombre sale y me deja encerrada adentro de un cuarto. Cuando escucho que el auto arranca, me asomo por la ventana y veo a una señora entrando a la casa de al lado. Le grito en inglés. (Why? ¿Porque me dormí con los auriculares puestos mientras escuchaba The Other Boleyn Girl, en versión original?).
A la vecina que, al principio me mira sin responder:
-Hello…Hi, Hello!! I’m trapped here…I’m a prisoner…I’ve been kidnapped…by your neighbour..??
La vecina, al principio, sigue mirando sin decir nada y finalmente contesta:
-I know.
-What??! What do you mean you know?! Why didn’t you call the police then?
-Well…Because, you know…I don’t really want to be in trouble…
La vecina sigue caminando y entra a la casa de al lado. Sigo gritando desde la ventana:
-What???! No…please, you have to help me!!!!
En ese momento aparece Stéph. caminando por el jardín. Lo veo y empiezo a gritarle:
-Stéph! Here! I’m here! I’ve been kidnapped. Please, would you help me…??
Stéph me mira y me dice, en francés (why???!!) y con cara de quien no quiere ser molestado:
-Ah non, non...Je ne veux pas avoir de problèmes, moi…
Por alguna razón, no me sorprende en absoluto que Stéph no quiera involucrarse y ayudarme pero es mi único recurso para salir del lugar así que sigo insistiendo:
-Please, please, please…Don’ go away...Help me out here!
Stéph mira con cara de resignación y, finalmente, entra al lugar en donde estoy; sube la escalera y aparece en el cuarto. Mete la mano en uno de sus bolsillos, saca un teléfono celular y me lo da. En ese momento escucho el ruido del auto de la pareja que me tiene prisionera. El auto estaciona y el hombre, que iba manejando sale del auto y, desde el jardín, me grita:
-Everything all right, sweetheart???!
Desesperada, tapo a S. con una frazada y le digo “don’t move” (ahora, despierta, no entiendo por qué le sigo hablando en inglés cuando él me contesta en francés; durante el sueño, el tema de la mezcla incoherente de idiomas no me sorprendía en lo más mínimo).
El tipo repite: “Sweetheart, everything all right??!” Me asomo por la ventana y le contesto: “I’m…I'm fine…”
El hombre vuelve a subir al auto, arranca y se vuelve a ir.
(Me olvido de S que queda, supuestamente, debajo de la frazada). Bajo las escaleras corriendo, abro a la puerta, salgo y entro en la casa de al lado; la mujer que se había negado a ayudarme está en la cocina cortando verduras como para hacer una ensalada. Sé que el tipo puede volver en cualquier momento y que la única manera de salir de ahí es con su ayuda. Le digo:
-So…Did you call the police..??
Tranquila, deja de cocinar, levanta la vista, me mira y me contesta:
-Nope…not yet. Here, take my telephone. You have to dial number 91…
La miro sorprendida y agarro el teléfono:
-Go ahead…91…Number 91…
Fade out.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Fade in. Es de noche. Paso caminando por al lado de una pista al aire libre y hay muchas nenas patinando. Cuando las nenas me ven, levantan los brazos y me saludan. Se acercan dos personas que no conozco y les hablan al oído a cada una de las patinadoras. Las chicas me miran y se empiezan a ir. Fade out.

Fade in. Llamo por teléfono. Hablo con una operadora y le digo que quiero cambiar la fecha del viaje. Tengo el boleto en la mano. Corto. Mi prima se me acerca y me pregunta que para cuando cambié. La miro y le digo que para ayer. Mi prima me mira sorprendida y me pregunta por qué quise perder el boleto. No sé que contestarle. Pienso y me doy cuenta de que acabo de hacer algo que nunca quise hacer y ni siquiera sé por qué. Fade out.
Fade in. Estoy con Cecilia adentro de un tren. Cada vez que el tren para en una estación, nos asomamos por la ventana para ver si es la correcta para bajarnos e ir al cine. Ninguna parece ser la que estamos buscando y, por ende, seguimos en viaje. En un momento dado aparece Momo caminando por el pasillo del tren. Se detiene al lado nuestro, se mete la mano en el bolsillo y saca muchos papelitos sucios y abollados (parecen tickets de supermercado). Momo estira la mano y nos ofrece los tickets diciendo que son entradas gratis para ir al cine. Sé que no son entradas pero, como quiero que se vaya pronto, le agradezco y las agarro igual. Fade out.
Fade in. Estoy con Cecilia adentro de un tren. Cada vez que el tren para en una estación, nos asomamos por la ventana para ver si es la correcta para bajarnos e ir al cine. Ninguna parece ser la que estamos buscando y, por ende, seguimos en viaje. En un momento dado aparece Momo caminando por el pasillo del tren. Se detiene al lado nuestro, se mete la mano en el bolsillo y saca muchos papelitos sucios y abollados (parecen tickets de supermercado). Momo estira la mano y nos ofrece los tickets diciendo que son entradas gratis para ir al cine. Sé que no son entradas pero, como quiero que se vaya pronto, le agradezco y las agarro igual. Fade out.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Fade in. Entro en una heladería. Sobre una de las paredes hay placas de metal de color azul con letras blancas; son carteles con los nombres de todos los gustos que proponen. Los nombres de los gustos son palabras que no tienen ningún tipo de sentido. Pregunto por uno de los sabores y, el heladero que está cerca de la caja, busca una cuchara de madera con un mango larguísimo, la hunde adentro de una cacerola, la saca y extiende el brazo por arriba del mostrador para darme a probar desde el lugar en donde él está. No me agrada. Pregunto por otro gusto y, cuando la vendedora se acerca con otra cuchara igual y se ofrece para darme a probar, le digo que no y elijo dos gustos al azar. Me lo sirven, agarro el vasito y me voy caminando rápido. Estoy incómoda. Lo pruebo y me disgusta. Doblo en una esquina y encuentro un auto estacionado. Como no hay nadie, dejo el vasito lleno de helado abajo del auto. Sigo caminando. El auto en cuestión (que estaba vacío) arranca. Sigo caminando rápido. El auto avanza despacio y se acerca a mí. Llego hasta la esquina y miro para todos lados. Las calles están totalmente vacías. Fade out.